
Sintetizadores digitales
Los sintetizadores digitales modernos, que están dotados de una polifonía variable, memoria y sistemas de generación de sonido completamente digitales, se basan en un planteamiento semipolifónico. Sin embargo, el número de voces que estos instrumentos pueden generar ya no depende del número de sintetizadores monofónicos integrados. Ahora la polifonía depende por completo de la capacidad de rendimiento de los ordenadores que los alimentan.
Los rápidos avances del mundo digital quedan muy bien ilustrados en el siguiente ejemplo. El primer programa que emuló una generación de sonido totalmente por ordenador fue Music I, creado por el programador estadounidense Max Mathew. Inventado en 1957, se ejecutaba en un ordenador central universitario, un IBM 704, de precio desorbitante. Su única ventaja era que podía computar una onda triangular, aunque hacerlo en tiempo real se escapaba a sus posibilidades.
Esta falta de capacidad para funcionar en tiempo real es el motivo por el que las primeras tecnologías digitales se utilizaron únicamente con propósitos de control y almacenamiento en los sintetizadores comerciales. El sistema de circuitos de control digital apareció en 1971 en forma de un secuenciador digital encontrado en el sintetizador modular Synthi 100 (en todos los demás aspectos, un sintetizador analógico) de la empresa británica EMS. Con un precio solo al alcance de unos pocos músicos ricos, el secuenciador Synthi 100 integraba un total de 256 eventos.
El rendimiento siempre en aumento de los procesadores hizo posible la integración de la tecnología digital en determinadas partes del motor de generación de sonido propiamente dicho. El sintetizador monofónico Harmonic Synthesizer, fabricado por Rocky Mountain Instruments (RMI), fue el primer instrumento en hacer esto. Este sintetizador tenía dos osciladores digitales, combinados con filtros analógicos y circuitos de amplificador.
El Synclavier, sacado al mercado en 1976 por New England Digital Corporation (NED), fue el primer sintetizador con generación de sonido completamente digital. Los instrumentos como el Synclavier se basaban en procesadores especializados, que tenían que ser desarrollados por los propios fabricantes. Este coste adicional en materia de desarrollo hizo del Synclavier una inversión que tan solo unos pocos podían permitirse.
Una solución alternativa era el uso de procesadores genéricos, creados por terceros fabricantes de procesadores de ordenadores. Estos procesadores, especialmente diseñados para las operaciones de multiplicación y acumulación (comunes en las tareas de procesamiento de audio) se denominan procesadores de señal digital (DSP). El DPM-3 de Peavey, que se puso a la venta en 1990, fue el primer sintetizador comercial totalmente basado en procesadores DSP estándar. Este instrumento polifónico de 16 notas estaba basado principalmente en tres DSP Motorola 56001. Contaba con un secuenciador integrado y aplicaba la síntesis sustractiva basada en samples, con samples de almacenamiento preajustados y definibles por el usuario.
Otra solución consistía en diseñar los sintetizadores como periféricos de los ordenadores, en lugar de como una unidad independiente. La creciente popularidad de los ordenadores personales a principios de los años 80 hizo esta opción comercialmente viable. El Soundchaser de Passport y el alphaSyntauri de Syntauri fueron los primeros ejemplos de este concepto. Ambos sistemas consistían en una tarjeta de procesador, a la que se conectaba un teclado musical estándar. La tarjeta del procesador se insertaba en un ordenador Apple II. Los sintetizadores se programaban a través del teclado y el monitor Apple. Estos sistemas eran polifónicos y disponían de ondas, envolventes y secuenciadores programables. Las tarjetas de sonido de hoy en día, comercializadas en cantidades innumerables desde 1989, se ajustan a este concepto.
Aprovechando la potencia de procesamiento cada vez mayor de los ordenadores actuales, el siguiente paso en la evolución de los sintetizadores fue el sintetizador de software, que se ejecuta como una aplicación en un ordenador host.
La tarjeta de sonido (o el hardware de audio integrado) es necesaria hoy en día para la entrada y la salida de audio. Es la CPU de tu ordenador la que realiza el verdadero proceso de la generación de sonido, el procesado de los efectos, la grabación y la secuenciación, utilizando el software y la colección de instrumentos de MainStage .